lunes, 28 de mayo de 2012

112 horas sin humos

Bueno, van 112 horas sin fumar. El tiempo sigue pasando y el miedo va pasando.

La ansiedad sigue viva en mi interior, fastidiándome, pero no me va a doblegar. Me dá asco pensar en meterme un cigarro en la boca y aspirar el humo.

Por otro lado, echo de menos la sensación de llenar mis pulmones de ese humo nocivo.


¿Por qué? Es el jodido engaño del tabaco. Quieres llenarte los pulmones de humo una y otra y otra vez, solo para poder recibir tu dosis de nicotina. Cuando el mero hecho de hincharte con humo, hace que los pulmones se vayan muriendo y pudriendo poco a poco.

Tras 15 años, no sé ni cómo estarán ahora mismo. Supongo que más negros que el carbón, o más negros que el bujero del culo de un mono titi. El daño ya está hecho. Pero ya no más daño. He de pensar en mi familia. Mi futura familia. En mi mujer y en mis hijos. En que no puedo abandonarlos con 50 años, o antes.

Tengo que ser fuerte, y sobre todo FELIZ, para que ellos sean felices. He de mejorar mi autoestima, he de saber que estoy consiguiendo sentirme orgulloso de mí mismo y todo, por una vez en la vida.

Llevo 15 años machacao por mí mismo, pensando que era capaz de hacer las cosas porque el tabaco me ayudaba, cuando no ha hecho más que perjudicarme...en todo.

No conozco otro tipo de madurez. Es el momento de conocer mi propia evolución como persona. Es el momento de saber quién soy de verdad, y de qué soy capaz.

Es el momento de ser tu pareja perfecta, y tu compañero hasta la tumba.



Te amo. Sin tí esto no hubiera sido sino una mera idea en el fondo de mis pensamientos. Contigo, se ha hecho realidad.

No hay comentarios: